Las Islas Galápagos fueron creadas por la actividad volcánica en las profundidades de la corteza terrestre debajo del océano. Fueron formadas por lo que los geólogos llaman un "punto caliente". Básicamente, un punto caliente es un lugar en el núcleo de la Tierra que está mucho más caliente de lo habitual. A medida que las placas que forman la corteza terrestre se mueven sobre el punto caliente, esencialmente quema un agujero en ellas, creando volcanes. Estos volcanes surgen del mar formando islas: la piedra de lava que producen da forma a la topografía de las islas Calientes.
La isla Isabela es la más extensa del archipiélago. Tiene poco más de 4588 km² de territorio, lo que se traduce como el 60% sobre el total de superficie de las Islas en Galápagos. Su clima es cálido húmedo en ciertos lugares y árido en la parte baja. La isla es netamente de origen volcánico, debido a la fusión de seis grandes volcanes en una sola masa, de ahí su tamaño. Como en el resto de islas, Isabela también cuenta con increíbles paisajes, gran diversidad de fauna y flora, que la vuelven muy reconocida en todo el mundo.
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